Antes, la FAO estimaba que a nivel mundial, 1/3 de los alimentos se desperdician, emitiendo el 6 % de los gases de efecto invernadero. Ahora, el WWF dice que es hasta el 40%, y el 10% de las emisiones. O sea, aumenta, no disminuye.
Si el desperdicio de comida a nivel global fuera un país, sería el tercer contaminador más grande del mundo. Además, si los residuos orgánicos no son compostados adecuadamente, generan gas metano altamente contaminante en el vertedero.
La sequía, los coletazos de la guerra en Ucrania y de la epidemia del Covid-19 han aumentado e los precios de los alimentos, y por ende el hambre y la malnutrición.
Esto significa una situación crítica para muchas familias.
Incluso la llamada clase media chilena, a la que le iba bien "en papel" pero que está muy endeudada, corre el riesgo de caer en inseguridad alimentaria.
La última enmienda a la legislación chilena contra el desperdicio de alimentos, aprobada por el Senado en 2021 (!) y que desde entonces duerme en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, sin er siquiera puesta en tabla, aún corre el riesgo de ser rechazada, y en todo Chile se siguen botando toneladas de alimentos incluso antes de su fecha de caducidad.
Ayuda con tu trabajo voluntario : recolectar, preparar, hacer compost, distribuir alimentos o bienes en el centro más cercano. O dar clases, o ofrecer servicios profesionales gratuitos.
Ofrece tu experiencia, habilidades y talentos. Haz lo que te gusta: no importa si eres un excelente cocinero, un rápido mensajero en bicicleta, un paciente profesor y supervisor de tareas, un experimentado reparador de bicicletas, un buen sicólogo o médico, un eficiente coordinador, o si tus amigos dicen que estás al teléfono todo el día: Minga te necesita.
Obtiene puntos de impacto
Los puntos pueden crear una ventaja: en lugar de trabajar por el salario mínimo chileno de ni aprox. $ 2.000/hora para luego llevar el dinero al supermercado y volver a casa con un kilo de pan, en nuestro modelo obtendrías lo que sea que haya ese día, "a la suerte de la olla", o, si ahorras tus puntos, incluso esa chaqueta de invierno, o una tarjeta telefónica, un mueble o una bici.
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Pocas personas son conscientes del daño que nuestro actual sistema alimentario está haciendo al medio ambiente: la sobreproducción de alimentos significa tirar agua, energía y muchas horas de trabajo a la basura.
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Desde individuos hasta mayoristas: nuestra solución escalable ayuda a rastrear las donaciones y las entregas.
Exportación de estadísticas de donaciones para facilitar su uso en la contabilidad
Minga automáticamente agrupa todos los datos necesarios para la contabilidad y los recibos de donaciones con fines fiscales.
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Cada vez que conviertes los tomates demasiado maduros en salsa, o la fruta en mermelada, o facilitas el canje de esas verduras tan caras a personas que no podrían permitírselas de otra manera, ayudas a mitigar el cambio climático, mejoras la nutrición y creas experiencias significativas.
Todos necesitamos consumir diferentes...y el planeta más que nadie
La pandemia ha aumentado la desigualdad existente y empuja a millones de personas en todo el mundo al hambre. Minga te invita a acceder a alimentos y bienes a cambio de hacer lo que mejor sabes hacer, convirtiéndote en actor creativo en el camino hacia menos desperdicios, más trabajo y mejor comida para todos.
Gestión de coordinadores y ayudantes
Gracias a los diferentes niveles de seguridad de la administración, Minga permite publicar turnos simples para cocinar y limpiar o asignar tareas complejas de planificación, supervisión y coordinación a las personas.
Nos impulsa un fuerte sentido de la justicia climática social, y nuestro deseo es mitigar el impacto del desperdicio alimentario sobre el planeta, y la desigualdad social.
Creemos que nuestro modelo participativo puede ser un buen complemento a la creciente red existente de organizaciones que buscan otros caminos para resolver problemas sociales y medioambientales. Una tercera opción entre apps y bancos de alimentos.
La emergencia climática nos insta a buscar más allá de las fronteras de lo que creíamos que era factible.
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Anke Kessler
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Lukas Himsel
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